Le estamos fallando a las mujeres, sea por la ineficacia en las rutas de atención y prevención, por la normalización del abuso sexual en algunos espacios laborales, sociales o familiares, por la falta de recursos en el desarrollo de políticas públicas que le protejan, o por el simple hecho de ignorar la existencia del abuso. En Colombia existen avances en materia de leyes por la igualdad de género, entre ellas la Ley 1257 de 2008, Ley 731 de 2002, Ley 823 del 2003, Ley 1761 del 2015 entre otras, que buscan garantizar los derechos de las mujeres, favorecer su protección y empoderamiento, pero aún hay mucho trabajo por hacer, las leyes deben transcender el papel y convertirse en acción permanente.
Según informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de enero a septiembre del 2022 se han asesinado 758 mujeres, 41 mujeres más que en el 2021. Y de enero a agosto del 2022: 31.130 mujeres han sido víctimas por violencia intrafamiliar, 6.638 mujeres más que en el 2021. Las recientes noticias de violación en espacio y transporte público como el caso del abuso sexual de Hilary en un Transmilenio en Bogotá, el aberrante caso de una menor de edad que fue abusada sexualmente por su padre, un tío y un allegado a su familia en el departamento del Atlántico, o el otro reciente caso en Antioquia donde Paula de 18 años fue torturada, violada y asesinada; nos alerta que la tarea por proteger a las mujeres en Colombia no se está haciendo bien, aun la cultura patriarcal sigue tejiendo un entramado donde se busca someter a la mujer, como instrumento sexual, comercial y reproductivo.
Que una mujer camine sola por una calle la pone en el blanco de ser víctima de un abuso sexual y a esta situación se suma la inseguridad que viven en un transporte público, donde una bala perdida puede segar su vida. Mientras lees esta columna, una mujer que puede ser nuestra madre, esposa, hija, hermana, abuela, tía, amiga, vive en la inseguridad que les coarta su libertad, el miedo ronda sus vidas y no les permite una vida digna.
Según informes de la Organización mundial de la Salud – OMS – indican que una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. La mayor parte de las veces el agresor es la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (27%) de las mujeres de 15 a 49 años que han estado en una relación, informan haber sufrido algún tipo de violencia física y /o sexual por su pareja.
La violencia que recibe una mujer, provoca en ella no solo daño físico, sino también emocional, destruye su autoestima, afecta a sus hijos e hijas; y en algunos casos produce consecuencias mortales como el homicidio o el suicidio. En lo que va del 2022 se han generado 426 suicidios de mujeres, 75 mas que en el 2021, según informes del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Colombia.
Así mismo, entre enero y septiembre de 2022 el Instituto Nacional de Salud (INS) identifico 92.668 casos sospechosos de violencia de género e intrafamiliar, evidenciando que cada cuatro minutos una mujer o una niña es víctima de algún tipo de violencia en Colombia.
Las mujeres no están a salvo, y el gobierno local, nacional, universidades, y sociedad civil, deben unirse hacia una gran cruzada en defensa de la mujer en Colombia; y frente a ello pueden aplicarse acciones que en otros países han dado resultado como la guía de intervención establecida en el 2019, por la OMS y ONU-Mujeres, con el respaldo de otros 12 organismos bilaterales y de Naciones Unidas, con el documento: RESPECT Women, un marco para prevenir la violencia contra la mujer dirigido a las instancias normativas.
Cada letra de la palabra RESPECT corresponde (en inglés) a una de sus siete estrategias: Fortalecimiento de las habilidades de relación (Relationship skills strengthening); Empoderamiento de las mujeres (Empowerment of women); Servicios garantizados (Services ensured); Reducción de la pobreza (Poverty reduced); Creación de entornos propicios (escuelas, lugares de trabajo, espacios públicos) (Enabling environments); Prevención del abuso infantil y adolescente (Child and adolescent abuse prevented), y cambio de actitudes, creencias y normas (Transformed attitudes, beliefs and norms).
Lo anterior, demuestra que la prevención de la violencia contra la mujer requiere un enfoque multisectorial, donde intervengan no solo el sector salud y educativo, sino cada ente gubernamental, para que se logren emprender acciones contundentes, en procura de garantizar los derechos fundamentales de las mujeres.
Es necesario, que estado y sociedad civil, trabajen de manera conjunta hacia la creación de espacios idóneos de protección, mejoramiento de las rutas de atención con profesionales capacitados, empáticos, que eviten la revictimización; porque la violencia contra la mujer es inaceptable, y debe ser tratada como un problema de salud pública, porque violencia no solo es un golpe, también es una palabra que daña. No guardemos silencio y defendamos a las mujeres, que hoy necesitan de nuestro apoyo y ayuda, ellas no quieren sentirse valientes al salir a la calle, quieren sentirse libres, sin miedo.
Y a ti mujer hoy te digo, no guardes silencio, si te pega no te ama, si te maltrata denuncia, lucha por tu independencia y corre por tu vida, tu tienes derecho a vivir en libertad, amor y bienestar. Actúa, actuemos.
Tomado de: https://zonacero.com/opinion/actuemos-en-defensa-de-las-mujeres-202828